Esta semana se llevó a cabo el 18º Congreso de Investigación en Salud Pública en el Instituto Nacional de Salud Pública en Cuernavaca, Morelos.
Uno de los temas abordados como sesión especial fue cómo cerrar la brecha en el acceso a los cuidados paliativos y el alivio del dolor como un imperativo de la cobertura universal de salud, teniendo como base el informe de la Comisión Lancet.
Participamos en esta sesión la Dra. Felicia Marie Knaul y el Dr. Julio Frenk, de la Universida de Miami; el Dr. Alejandro Mohar, coordinador de los Institutos Nacionales de Salud; el Dr. Héctor Valle, director de la Fundación Mexicana para la Salud; y el que escribe esta columna en mi rol de legislador.
Los hallazgos y recomendaciones de la investigación global acerca de los cuidados paliativos en el mundo, publicados en la Revista Lancet fueron contundentes y enumero sólo dos:
1) El alivio de la carga de dolor, sufrimiento y angustia severa asociada con las condiciones de salud que amenazan la vida o limitan la vida y con el final de la vida son un imperativo mundial de salud y equidad.
La mayoría de los países de altos ingresos han respondido con intervenciones efectivas, sin embargo, las necesidades de las personas pobres se han descuidado, y las personas que viven en países de bajos y medianos ingresos entre ellos México, tienen poco o ningún acceso al alivio del dolor o cuidados paliativos.
2) Un paquete asequible y esencial de cuidados paliativos e intervenciones de alivio del dolor puede mejorar una gran parte de la carga evitable del sufrimiento grave relacionado con la salud, y este paquete puede hacerse universalmente accesible para remediar el abismo en el acceso a la atención.
En este paquete esencial de cuidados paliativos se incluye la utilización de Morfina oral de liberación inmediata e inyectable para mitigar el dolor. Su uso es un indicador mundial del cumplimiento de los países en el manejo del dolor de los pacientes con enfermedad terminal.
Canadá es el país que utiliza mayor cantidad de morfina por paciente: 68,194 mg (3090% de la necesidad para un paciente promedio), le sigue los Estados Unidos de Norteamérica con 55,704 mg (3150%) y por último Haití con 5.3 mg (0.8%).
México utilizó en promedio 562 mg (34%), que significa el 66% de los enfermos terminales mueren con dolor, por lo que no tienen muerte digna.
De hecho, los análisis más recientes hechos por el grupo encabezado por la Dra. Felicia, muestran una caída impresionante del uso de morfina en México en los últimos dos años, hecho inadmisible para un país como el nuestro, que es el segundo lugar mundial productor de morfina, y que para tener acceso a ella con la cantidad, calidad y seguridad, basta con solicitarla a las autoridades mundiales, la JIFE incluida.
Hicimos el compromiso de hacer lo necesario para obtener una mayor cantidad de morfina por un lado, verificar se programe el presupuesto requerido para tener el paquete esencial propuesto y hacer modificaciones a la Ley General de Salud en materia de cuidados paliativos.
Dos hechos más fueron relevantes esta semana a propósito del “Derecho a una muerte digna” consagrado en la Constitución Política de la Ciudad de México publicada el 17 de febrero de 2017, de la cual el entonces senador guanajuatense Juan Carlos Romero Hicks fue constituyente.
Se estableció en el segundo capítulo titulado de los derechos humanos, que la Ciudad de México sería una ciudad de libertades y derechos para sus habitantes, entre ellos el Derecho a la autodeterminación personal.
Cito el artículo seis: “Toda persona tiene derecho a la autodeterminación y al libre desarrollo de una personalidad. Este derecho humano fundamental deberá posibilitar que todas las personas puedan ejercer plenamente sus capacidades para vivir con dignidad. La vida digna contiene implícitamente el derecho a una muerte digna”.
Este último concepto fue impugnado ante la Corte por la Procuraduría General de la República, pues consideraba que invadía las competencias del Congreso de la Unión para legislar en las materias del Derecho a la Salud y Salubridad General.
La Suprema Corte resolvió que el concepto de muerte digna no era inconstitucional, señalando además que no debe confundirse la muerte digna con la eutanasia (terminación deliberada de la vida de una persona a fin de prevenir sufrimentos posteriores) ni el suicidio asistido (suicidio solicitado por el enfermo terminal por no poder llevarlo a cabo por si mismo), ya que ambas a la fecha, son delitos en nuestro país.
Sin evitar el dolor y sin los cuidados paliativos de nuestros enfermos terminales no estamos asegurándoles el derecho a una muerte digna.
Por último, esta misma semana diputados el Partido Acción Nacional en el Congreso de la Ciudad de México propusieron la creación de una Ley que regule los Cuidados Paliativos y modifica los deberes de cuidado hacia los pacientes que lo requieran.
Iniciativa que tiene un solo defecto al no presentar de dónde saldrá el dinero para hacerla efectiva en su aplicación.
Creo sin duda que debemos aliviar el sufrimiento de los enfermos terminales, incluyendo la morfina que requieran -además de las otras medidas necesarias- para hacer una realidad a lo señalado en nuestra Ley de Salud hace 11 años y que hoy sigue siendo materia incumplida. ¿Usted qué piensa?
Fuentes:
1. https://bit.ly/2sx0EtB Constitución Política de la Ciudad de México
2. https://www.thelancet.com/commissions/palliative-care
3. https://bit.ly/2AEDCaT Suprema Corte de Justicia de la nación
4. Gaceta Parlamentaria del 21/03/2019. Congreso de la Ciudad de México
Esta noticia pertenece a Periódico AM
https://www.am.com.mx/opinion/Muerte-digna-y-morfina-20190330-0003.html
José de Teresa 253, Campestre Tlacopac, Álvaro Obregón, CP 01040, CDMX
AVISO DE PRIVACIDAD Copyright© DMD México | Cuarto Negro 2024