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Fuente: Animal Político
Por: Luis Javier Cortés Adame
Fecha: 15 de junio de 2023
A inicios de este mes, la asociación civil Por el Derecho a Morir con Dignidad presentó los resultados de la Segunda Encuesta Nacional “Por el Derecho a Morir con Dignidad”. Dicho trabajo estadístico es representativo a nivel nacional a través de la realización de 4,101 entrevistas en 5,912 viviendas durante 2022. Las cifras ahí mostradas sorprenden, dado que 7 de cada 10 entrevistados afirmaron que en caso de que se encontraran en fase terminal de alguna enfermedad les gustaría tener la posibilidad de pedir ayuda a su médico para adelantar su muerte.
Si bien la mayoría apoya la legalización de la eutanasia, el apoyo varía según el área de residencia: mientras en zonas urbanas el 71.5 % considera que los enfermos terminales deben tener la posibilidad de adelantar su muerte, en zonas rurales la cifra es de 57.1 % La capital del país es el lugar que muestra mayor respaldo a esta propuesta con el 83.3 %, en tanto en los estados del sur-sureste de nuestro país solo el 55.3 % está de acuerdo con permitir la muerte anticipada en caso de sufrir una enfermedad terminal.
Otros datos que arroja la encuesta es que a mayor escolaridad mayor es el apoyo a la opción de la eutanasia, entre las personas religiosas 6 de cada 10 está de acuerdo, y de las que declararon no tener religión el respaldo es superior al 80 %. Por su parte, el 55 % de las personas encuestadas dijo que elegiría que el médico le aplicara directamente una dosis letal de medicamentos (eutanasia), mientras que el 39 % preferiría tomarlos por sí mismo (muerte asistida).
Tras estos números es importante recordar que en nuestro país la Ley General de Salud prohíbe la eutanasia mediante el artículo 166 Bis 21. En Países Bajos, Bélgica, Colombia, Canadá y España está legalizada y, aunque las regulaciones son distintas en sus alcances, comparten la idea fundamental de garantizar la libertad de las personas para ejercer decisiones libres, preservando su autonomía y privilegiando su dignidad. En dichos países, la práctica de este procedimiento médico supone entre el 1 y el 4 por ciento del total de fallecimientos anuales.
En este sentido, en la Cámara de Diputados se encuentra en proceso de dictaminación una iniciativa para legalizar la práctica de la eutanasia como el eslabón que permita cerrar la pinza de la oferta de servicios disponibles para ejercer el derecho a una muerte digna sin dolor. De acuerdo con la propuesta, sólo podrán acceder a ella pacientes con una enfermedad terminal, lesión permanente e intensamente dolorosa y aquellos que se encuentren en agonía, a través del consentimiento expreso del paciente ante dos testigos tras valorar las opciones médicas disponibles. Por lo que sólo podrá practicarse en casos específicos y claramente delimitados.
Tras el respaldo de la población mexicana mostrado a través de la encuesta antes mencionada, es fundamental estar atentos al proceso legislativo por delante. Debido a que la propuesta planteada permite discutir alternativas para que las elecciones sobre la muerte correspondan a las personas mediante una adecuada regulación, acompañada de un proceso educativo objetivo que brinde la opción de tomar elecciones plenamente individuales. Estemos atentos a este proceso, porque la sola idea de cambiar las leyes para permitir que las personas enfermas puedan recibir ayuda para terminar con su vida si así lo deciden cuenta ya con un enorme respaldo.
Fuente: Animal Político
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