Fuente: Milenio
Por: Blanca Valadez
Fecha: 1° de junio de 2023
En México, 7 de cada 10 adultos se manifestaron a favor de la despenalización de la eutanasia entre pacientes con extremo dolor y desahuciados, asimismo, apoyaron contar con la asistencia de un médico en la aplicación de la sustancia que legalizará su fallecimiento sin afectar legalmente a la familia, de acuerdo con los resultados de la Segunda Encuesta Nacional de Opinión sobre el Derecho a Morir con Dignidad a cargo de la asociación civil Por el Derecho a Morir con Dignidad.
La encuesta destacó que la aceptación por la muerte asistida se elevó en Ciudad de México, con 8 de cada 10 mexicanos, casi todos católicos.
«La sociedad mexicana quiere cambios legales para garantizar el derecho a morir con dignidad entre todos aquellos pacientes que sufren y padecen enfermedades crónicas incurables y que ya no responden a los cuidados paliativos», explicó Asunción Álvarez del Río, profesora e investigadora en el Departamento de Psiquiatría presidenta de la Federación Mundial de Sociedades por el Derecho a Morir, y del Colegio de Bioética.»
Si bien, aclaró en entrevista con MILENIO, se deben de fortalecer los cuidados paliativos porque «lamentablemente sigue siendo un beneficio para algunos cuantos». Indicó que el paciente tiene todo el derecho a contar con la posibilidad de fallecer de manera asistida y cuando lo disponga.
Y, para ello, abundó la profesora e investigadora en salud mental en la Facultad de Medicina de la UNAM, se deben establecer criterios muy específicos basados en la información de lo que es la enfermedad y hasta donde llegó con la misma la medicina.
Se trata de hablar con claridad y sin caer en «falsas promesas», en supuestos «milagros médicos» y en situaciones muy comunes en la práctica médica en la que se envía al paciente a su hogar, a que esté «rodeado de la familia», sin ningún tipo de acompañamiento humano.
«Hay personas que son enviadas a sus casas sin esos cuidados paliativos que se han convertido en el privilegio de unos cuantos ya sea por ser atendidos en algunos institutos de salud o por contar con los recursos para pagar la práctica privada. Pero la gran mayoría se está muriendo en condiciones lamentables, con dolor extremo, algunos, incluso, se suicidan y no en las mejores condiciones, con los medios con los que cuentan, muchas veces son actos muy violentos que marcan a la familia además de causarles un problema legal», explicó en entrevista con MILENIO.»
Coincidió con Gina Tarditi, psicóloga especializada en cuidados paliativos y duelo del Instituto Nacional de Cancerología (INCAN), de que existe un equipo de médicos especializados en atender cuidados paliativos por cada 1.5 millones de habitantes.
Se estima que, al año, más de 600 mil enfermos terminales y crónicos requieren de esos cuidados paliativos y que al carecer de esos tratamientos básicos para sobrellevar el dolor, fallecen en las condiciones más inhumanas. «La pandemia evidenció la necesidad de los servicios paliativos extendido al paciente y familiares, y la importancia de la sedación paliativa para reducir el sufrimiento», añadió Tarditi.
Datos oficiales reportan que sólo el tres por ciento de la población accede a cuidados paliativos en la etapa final de su vida, incumpliendo con un mandato establecido en la Ley General de Salud.
En México está prohibida la práctica de la eutanasia y del suicidio medicamente asistido, de acuerdo con lo estipulado en la Ley General de Salud en su artículo 161 Bis 21 que a la letra dice: «Queda prohibida, la práctica de la eutanasia, entendida como homicidio por piedad, así como el suicidio asistido conforme lo señala el Código Penal Federal, bajo el amparo de esta ley».
Para los especialistas resulta, a estas alturas, absurdo el argumento de que la eutanasia puede prestarse a actos criminales, ya que existe evidencia clara de lo viable que resulta en los países donde se práctica, como Canadá, los Países Bajos y Bélgica, Suiza, así como en algunas entidades de Estados Unidos donde se establecieron lineamientos muy estrictos de las dosis letales y de quiénes deben aplicarla.
Para Amparo Espinosa Rugarcía, presidenta de DMD, la muerte asistida debe formar parte de la cobertura universal y parte de las asignaturas de los médicos. Significa cambiar esa idea de que los médicos deben de curar a como dé lugar, o bien mandar a la casa al paciente que no responde. «No, no pueden tratar a los pacientes terminales como basura y menos aún a sus cuerpos sin vida».
Espinosa Rugarcía también consideró que la muerte debe formar parte de las pláticas de amigos y familiares, de hecho, en Xalapa creo de reunión de café y espera pronto empezar en la Ciudad de México.
Para la encuesta se efectuaron entrevistas en 4 mil 121 hogares tanto en zonas urbanas y rurales, de cinco regiones del país, Norte, Occidente, Centro, Ciudad de México y Sursureste por parte de empresa Investigación en Salud y Demografía (INSAD).
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