¿De qué se está hablando? ¿De qué necesitamos hablar?
La semana pasada, durante la firma del Acuerdo Nacional de Salud para el Bienestar con los gobernadores del sur-sureste, López Obrador propuso hacer algo para que en la atención médica se ayude al bien morir de las personas: “¿por qué no implementamos algo para el bien morir, por qué no la asistencia?”, pues, según sus palabras, es algo que no se ha considerado.[1]
Ésta es una muy buena noticia. Todo lo que contribuya a que las personas mueran mejor de cómo muere hoy la mayoría de la gente en el contexto de la atención médica es para apoyar; sobre todo, porque es algo que se puede hacer. Es también aplaudible que el presidente del país ponga el tema sobre la mesa para poder discutirlo. Sin embargo, no es cierto que este tema no se haya considerado, pues desde hace varios años se han dado cambios legales que buscan mejorar la atención al final de la vida.
No sólo se trata de un tema muy complejo, sino de uno sobre el que existe una gran confusión. Por eso es necesario que exista claridad sobre los términos utilizados, que se entienda con qué se cuenta hoy y qué hace falta en el sistema de salud para ayudar a los pacientes a tener un buen final de vida. Hay que mencionar que no se busca únicamente ayudar en el momento de morir, sino en la etapa que precede ese momento. Y si lo vemos con una perspectiva más amplia, confiar en que el final de nuestra vida va a suceder de la mejor manera posible, da tranquilidad mientras vivimos, independientemente del tiempo que nos quede por delante. Esto es importante, pues muchas personas han visto padecer a familiares en el final de su vida y temen, con razón, que a ellas les suceda lo mismo. Esto no tiene por qué ser así. El sufrimiento y la indignidad cuando la vida está por acabar puede evitarse y es a lo que invita nuestro presidente.
La propuesta de López Obrador se ha difundido en diferentes medios utilizando diversos términos como sinónimos. Se ha hablado de proponer la muerte asistida y la eutanasia, como si fueran lo mismo que el “bien morir”. Desde luego tienen relación, y si los términos se toman en el sentido coloquial, podrían intercambiarse. Pero es deseable que, al discutir el tema, utilicemos ciertos conceptos de manera más precisa, de acuerdo al consenso que se ha establecido por la bioética y por diferentes jurisdicciones en que se han discutido o legalizado las acciones e instrumentos orientados a favorecer un buen final de vida.